Ciertamente, el titular de esta entrada es un poco confuso, es difícil de sintetizar en una frase corta, aunque no es difícil de comprender con una breve explicación. Afortunadamente, MuyLinux todavía se basa en el blogging (sin el micro).
Una forma sencilla de exponer el tema sería con un ejemplo: según el calendario de lanzamientos previsto para KDE SC 4.8, su versión final (KDE SC 4.8.0) verá la luz el 25 de enero de 2012, mientras que la última versión de mantenimiento de la rama (KDE SC 4.8.4) hará lo propio el 5 de junio de 2012. Mientras, Kubuntu 12.04 LTS, con 5 años de soporte, se lanzará el 26 de abril de 2012, muy seguramente con KDE SC 4.8.2.
Entonces, teniendo en cuenta que Kubuntu se basa casi al 100% en el software de KDE y que su siguiente lanzamiento estará 5 años con nosotros, ¿sería una locura retrasar su lanzamiento hasta mediados de junio, una vez recibidas todas las actualizaciones de errores de la rama KDE SC 4.8?
Normalmente no importa si una distro sale con el kernel Linux 3.1 o KDE SC 4.7.2, porque las correcciones de seguridad – que no de estabilidad o nuevas características menores- suelen ser aplicadas a las versiones de software que tenga el sistema, pero solo hasta cierto punto, y no siempre es tan fácil de hacer como de decir (o no siempre se hace).
Pongo a Kubuntu y KDE como ejemplo porque solo recuerdo una distribución que, no sé si por casualidad o no, ha cumplido en cierta medida el objetivo al que me refiero en este artículo: Pardus 2010 y 2011, ambas con las últimas versiones de KDE SC, en su momento, 4.5.5 y 4.6.5 (aunque Mandriva 2011 también salió con KDE SC 4.6.5). Además, evidentemente, mi «propuesta» sería aplicable a otros entornos de escritorio (como conjunto de aplicaciones básicas para cualquier usuario).
Cualquier lanzamiento de una distro GNU/Linux lleva mucho más trabajo que adaptar el escritorio de turno, es cierto, son muchos los componentes de software básicos de los que preocuparse para que el sistema tenga la calidad deseada. Por eso sería interesante no llevar al extremo estas consideraciones y quedarnos en lo que ve y utiliza el usuario, o sea el escritorio y sus aplicaciones, que en la mayoría de las ocasiones van de la mano.
