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G30 Test: Linux Mint 17.1 Cinnamon

linux mint 17.1

Retomamos esta particular sección de la zona Mountain llamada G30 Test, no como cabría esperar. Pero mejor os recordamos de qué va esto, antes de entrar en materia con la inesperada Linux Mint 17.1 Cinnamon, puesta a prueba en el Graphite 30 de Mountain.

En esencia todo comienza con el portátil mencionado, el Graphite 30, un modelo que ya no existe como tal -no confundir con el nuevo y brutal Graphite– pero que todavía tengo apalancado -si esto no es exprimir los equipos a conciencia, que baje Tux y lo vea- y que es el candidato perfecto sobre el que probar diferentes distribuciones, debido no a sus componentes concretos, sino generales. El Graphite 30 es un portátil de gama alta y configuración estándar, que en la gama alta suele significar gráfica híbrida, por ejemplo.

Así, después de probarlo con Ubuntu y sacar una grata impresión salpicada de algún fleco chirriante menor, me dije: «vamos a meterle más distros a este bicho, a ver si alguna le planta cara a Ubuntu». Más distros, pero no basadas en Ubuntu, claro, ya que lo interesante del asunto es comprobar la compatibilidad por defecto y, adicionalmente, las vías hacia una configuración aceptable de ser necesario.

Hasta ahora han pasado por este test OpenMandriva 2014.1, openSUSE 13.2 y Trisquel 7, con un resultado desigual. Os lo podéis imaginar, o lo podéis leer, como prefiráis. Para completar una ronda decente Fedora y algo basado en Arch Linux están en la lista, no obstante, estas últimas semanas me ha atrapado Linux Mint de tal modo que… me dejo llevar.

linux mint 17.1 cinnamon

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Linux Mint 17.1 64-bit Cinnamon

  • Kernel 3.13
  • X.org X11 server 1.15.1
  • Mesa 10.1.3
  • Cinnamon 2.4.6

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Mountain Graphite 30

  • Intel® i7 4712MQ a 2,3GHz
  • 8 GB de RAM DDR3 1600 Mhz
  • SSD Toshiba 128GB mSATA
  • HDD Western Digital 750GB 2,5″
  • Intel HD 4600 de 1,5GB DDR3
  • Nvidia GTX 860M de 2GB GDDR5
  • Intel Dual Band Wireless 7260

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Linux Mint 17.1 se lanzó el 1 de diciembre pasado en sabores Cinnamon y MATE como actualización inmediata a Linux Mint 17, ambas basadas en Ubuntu 14.04 LTS y con el mismo soporte extendido. Si a ello le unimos que la distribución comandada por Clement Lefebvre ha dejado atrás el estrés de seguir a GNOME y que Cinnamon 2.4 se centró en afinar la experiencia, tenemos ante nosotros una alternativa ideal para el usuario recién llegado.

Así que no hay excusas que valgan: Linux Mint se lo merecía. Ahora bien, ¿estará a la altura de Ubuntu? Veamos.

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Instalación

Poco o nada que comentar, en realidad. El proceso de instalación es sencillo al extremo y dura cinco minutos, aunque hay que hacerlo desde el escritorio, en modo Live.

Tras la instalación, las actualizaciones que correspondan.

Conectividad

Si en Ubuntu va todo correctamente, ¿cumple igual Linux Mint 17.1? Por supuesto que sí. No hay ningún problema con la conexión Wifi, el Bluetooth, HDMI o webcam, por citar al póquer de ases que, en ocasiones cada vez más aisladas, siguen pudiendo presentar complicaciones. No en Linux Mint.

Gráficos

Y repetimos: si en Ubuntu va todo como correctamente… Pues no, lamentablemente. Por defecto se abraza a la Intel HD 4600, tal y como era de esperar. La Nvidia Nvidia GTX 860M, por otro lado, no es detectada por el administrador de controladores y toca hacerlo a mano. Asimismo y viniendo Mint de Ubuntu, ¿cómo ignorar ese pequeño gran avance que es Nvidia Prime?

sudo apt-get install nvidia-331 --install-recommends

Con lo anterior y un reinicio basta para echar a andar la Nvidia, pero la gracia de Nvidia Prime es que activando el perfil -entre Intel, para optimizar el consumo, y Nvidia, para disfrutar de mayor potencia- solo es es necesario reiniciar la sesión para ocupar una tarjeta u otra. No en Linux Mint, y no mola.

Resulta que MDM (MDM Display Manager), el gestor de sesiones propio de la distribución, no soporta Nvidia Prime, con lo cual restan dos posibilidades: la más sencilla es cambiar de tarjeta con Nvidia Prime, pero en lugar de reiniciar la sesión, reiniciar el sistema. ¿Excesivo? No demasiado, y es que el sistema arranca en 5-10 segundos -de las que más tardan, por cierto.

La segunda vía pasa, evidentemente, por reemplazar MDM por un gestor que soporte Nvidia Prime sin problemas, y ese es LightDM. Ergo:

sudo apt-get install lightdm gnome-settings-daemon indicator-session ubuntu-mono unity- gnome-control-center- light-themes unity-greeter/trusty

A configurar en la misma terminal, como podéis ver a continuación:

Un reinicio y listo. Lo único que no contentará a los más puristas es que LightDM aporta su propio tema visual y para dejarlo todo niquelado hay que instalar y configurar otras aplicaciones. Queda a decisión del usuario.

Como extra, Prime Indicator -ver enlace de Nvidia Prime más arriba- funciona exactamente igual que en Ubuntu, ahorra pasos y muestra un indicador con la gráfica en uso, aunque el icono de la Intel se ve pequeño y feo. Truco: si queréis ocultar iconos en la bandeja de sistema de Cinnamon, instalad el applet System Tray Collapsible.

Me quedaría probar con Bumblebee, pero no sé si tendré la oportunidad.

Otros

No hay muchos otros, a decir verdad. La configuración de la unidad SSD es como en Ubuntu, el panel táctil va perfecto, las teclas de función también y la sorpresa es la hibernación, habilitada por defecto y cumplidora. Otro «truco» para rematar: instalad el applet Brightness para controlar el brillo de la pantalla desde el panel.

En cuanto al rendimiento y autonomía, pocas diferencias a lo visto con anterioridad: la máquina responde que da gusto y casi consigue marcar sus tiempos óptimos, siempre con el casi presente. Nada a destacar y sin haber retocada nada, ojo. Y, «lo siento», con Ext4.

Conclusiones

Salvo por el percance con la gráfica doble, Linux Mint 17.1 Cinnamon se comporta a la altura de las expectativas y no defraudará al usuario que la elija para ocupar escenarios como el que propone el Graphite 30 de Mountain, tan comunes hoy en día. Además, su escritorio de corte clásico puede jugar a favor para quienes no precisen de las «innovaciones» otras distribuciones y o entornos.

Notable alto para Mint. Y todavía no he terminado con ella. Ni por asomo.

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