Parece que Wayland está dando pasos importantes para erigirse, de una vez por todas, en el sustituto de Xorg. Tras permitir la “habilitación” del tearing para mejorar los tiempos de respuesta en contextos de gaming competitivo, la versión 1.31 del protocolo ha incorporado una característica que muchos demandaban desde hace años y que necesitaba como el comer: el escalado fraccional.
El escalado ha sido uno de los grandes tendones de aquiles de Wayland, y no porque no soportara la característica, sino por el hecho de que, al menos oficialmente, solo era capaz de escalar en base a números enteros. El escalado fraccional, que ha sido implementado mediante el protocolo ‘wp-fractional-scale-v1’, permitirá a los compositores comunicar escalas a una mayor precisión.
En el anuncio oficial explican que “los clientes pueden usar esto (wp-fractional-scale-v1) junto con el protocolo ‘wp_viewporter’ para asignar búferes de tamaño más apropiado”. Según se puede ver en la petición de fusión, ya está implementado en Kwin (compositor de KDE), Sway y Qt.
Además del escalado fraccional, en Wayland 1.31 también han llegado un nuevo valor de enumeración de error a ‘xdg-shell’ y la mejora de la consistencia de los requerimientos de los reconocimientos a nivel gobernanza.
Después de una década y media de desarrollo y con algunas malas decisiones que se han arrastrado durante demasiado tiempo, parece que Wayland empieza a ver la luz al final de túnel con la incorporación de ciertas cosas que deberían de haber estado desde el principio. Distribuciones como Ubuntu han empleado sus propias soluciones para el escalado fraccional, mientras que por otro lado algunos usuarios parecen haber encontrado su refugio en KDE Plasma. Con la definición de la característica desde el protocolo, esperemos que la situación a partir de ahora sea algo menos del tipo “sálvese quien pueda”.
¿Será 2023 el año de Wayland? Viendo las circunstancias, parece que pensar en “el año de Wayland” empieza a ser lo mismo que pensar en “el año del escritorio Linux”, algo que siempre parece estar en el horizonte, pero que nunca termina de hacerse realidad.
