La hija pródiga de Ubuntu, Linux Mint, sigue apartándose lenta pero constantemente del camino que va marcando su madre, en esta ocasión con el reproductor multimedia Rhythmbox como coprotagonista de la noticia.
A finales del octubre pasado, poco después del lanzamiento de Ubuntu 10.10, Mark Shuttleworth anuncio el cambio de interfaz de escritorio para la próxima versión de este sistema operativo: Unity por defecto en Ubuntu 11.04. La liebre se desató en el panorama de las distribuciones GNU/Linux y pudimos leer noticias como ¿Unity en Fedora? Podría ser o Unity, también en openSUSE (ya os digo yo que ni en una ni en la otra, porque cualquier desarrollo interesante es añadido en los repositorios de las principales distros por si alguien quiere usarlo, y Unity no es una excepción).
Pocos días después del citado anuncio, el principal responsable de Linux Mint, Clement Lefebvre, ya declaró que no pensaban utilizar ni Unity ni GNOME Shell, y ante la reciente primicia en la que se presentaba a Banshee como nuevo reproductor multimedia de Ubuntu, desde Linux Mint se vuelven a desmarcar del camino de la distribución de Canonical, porque se quedan con Rhythmbox.
Alguien podría pensar que esta decisión tiene algo que ver con el uso de Mono, que tanta animadversión causa en gran parte del entorno del software libre, pero no es así (Linux Mint viene con Tomboy y Giver preinstalados). Simplemente, en declaraciones del propio Clement Lefebvre:
Rhythmbox es nuestro reproductor predeterminado y estamos muy contentos con él. Si Ubuntu cambia a Banshee, por supuesto que vamos a darle una mirada cercana y evaluar si la migración es un buen paso también para nosotros, pero por ahora no hay ningún plan para cambiar nada.
Parece que desde Linux Mint tienen cada vez más claro su futuro y ya llevan tiempo cogiendo carrerilla. ¿Llegarán a levantar el vuelo? Ya veremos (como habréis observado, no he hecho mención a LMDE).