Un artículo editorial de PC World parece señalar que la próxima versión de Ubuntu está confirmando una tendencia algo preocupante: esta distribución apenas aporta mejoras para el usuario final, y se centra en características poco destacables.
Lo cierto es que en algo tiene razón el autor del artículo, que algo debe saber del tema. Se trata de Keir Thomas, de quien ya hemos hablado anteriormente porque es el autor de dos guías muy, muy extendidas sobre esta distribución, la última de las cuales ha sido uno de los éxitos de la temporada… al menos en número de descargas.
La idea de Thomas es interesante: compara Firefox con Ubuntu. En ambos casos los proyectos nacieron con la innovación como base fundamental. Ubuntu y Firefox fueron desarrollos que destacaban por su ligereza y prestaciones, además de por su velocidad.
Sin embargo, esa identidad inicial parece haberse perdido en las últimas versiones de ambos proyectos Open Source. Firefox es cada vez más pesado, y está teniendo serios problemas en su versión 3.1 para que esta vea la luz, y en Ubuntu pasa algo similar: los desarrolladores de Canonical siguen respetando la salida de nuevas versiones cada seis meses, pero las novedades en cada una de ellas son cada vez menos relevantes para muchos usuarios.
Ciertamente parece que en Ubuntu hubieran dejado un poco de lado ese apartado «original» que les caracterizaba. Obviamente la inclusión de soporte para ext4 o de una adaptación especial al mercado de netbooks -que habrá que ver cómo funciona- son interesantes, pero el apartado de usuario final se ha visto algo descuidado a excepción del tema de las notificaciones de usuario, un pequeño apunte de lo que podríamos ver en una Ubuntu 9.10 Karmic Koala más prometedora en este apartado.
¿Qué opináis? ¿Ha crecido Ubuntu demasiado y se ha convertido en una distribución demasiado… «estática»?