Increíble pero cierto, el compresor de archivos más popular del software libre, 7-Zip se estrena por fin en Linux. Lo hace tras más de dos décadas de trayectoria como aplicación exclusiva para Windows. Pero no tan rápido, porque este lanzamiento tiene sus cosas y el escritorio Linux las suyas propias.
Según recogen en gHacks, la nueva versión de 7-Zip viene con sorpresa y no es otra que su primer cliente nativo para Linux… pero hablamos de una versión alfa y cliente para la línea de comandos. Es decir, nada de interfaz gráfica por el momento, aunque en lo que se refiere a funciones, llega con paridad con respecto a la aplicación para Windows.
¿Cuáles son esas funciones? Las que uno podría esperar de una aplicación de su categoría. Para más datos, 7-Zip es como WinZip o WinRAR: una aplicación con la que comprimir y descomprimir archivos, con el aliciente de ser de código abierto y soportar múltiples formatos, incluyendo los más típicos (ZIP, RAR) y el suyo propio, 7z, a la postre uno de los más potentes en uso doméstico.
7-Zip llega a Linux con soporte para arquitecturas x86 y ARM de 32 y 64 bits, disponibles tanto en la página de descargas oficial como en SourceForge. Dentro de los archivos se incluye toda la información necesaria par su instalación y funcionamiento.
Por otro lado, cabe recordar que hace años que existe p7zip, un derivado no oficial pero ligado al proyecto principal con prácticamente las mismas funciones de este que sí está disponible para Linux, como lo está también desde hace años el formato de compresión 7z, del que cualquier aplicación de su categoría tiene soporte.
En otras palabras, el lanzamiento de 7-Zip es más anecdótico que otra cosa, ya que el escritorio Linux está bien nutrido de alternativas: KDE tiene Ark, GNOME tiene File Roller, gestores de archivos como Dolphin, Nautilus o Thunar tienen soporte para gesetionar archivos comprimidos… Y todos tienen soporte para los principales formatos de archivos.
Ergo, difícilmente cambiará alguien lo que ya usa por 7-Zip, más en su estado embrionario y exclusivo para la terminal, aunque quizás sea esta su mayor atractivo si es que se está usando un entorno de terminal, al simplificar las operaciones con un único gestor en lugar de utilizar el propio de cada formato. En todo caso, bienvenidas sean las alternativas.
Y hablando de alternativas, esta es una buena ocasión para recordar la existencia de PeaZip, otra veterana aplicación libre con versión nativa para Linux que puede interesar conocer al usuario de PC… a pesar de lo dicho: las herramientas propias de los diferentes escritorios -al menos, de los más grandes- cumplen con la tarea estupendamente por regla general.