Interesantes como siempre las declaraciones de Linus Torvalds, que está estos días en Finlandia con motivo de la entrega del Millenium Technology Prize al que es candidato -aún no se conoce el ganador-. En una entrevista con la BBC, Linus ha ofrecido su visión sobre las razones del éxito que ha tenido Linux.
El entrevistador le preguntó al creador del kernel Linux cuáles eran a su entender las razones del éxito de Linux, y Torvalds ofreció una respuesta curiosa: si Linux ha triunfado sin que los colaboradores hayan ganado dinero con ello (aunque unos pocos sí vivan de ello debido a sus trabajos en empresas como Red Hat) es debido al egoísmo de esos desarrolladores.
En cierta forma, creo que en realidad el logro final del Open Source es haber permitido que todo el mundo sea egoísta, no intentar que todo el mundo contribuya al bien común.
En otras palabras, no veo al Open Source como ese mensajito del «vamos a cantar todos el kumbaya alrededor del fuego y hagamos del mundo un sitio mejor». No, el Open Source solo funciona si todo el mundo contribuye por sus propias razones personales y egoístas.
Las razones egoístas originales para colaborar con Linux se centraban simplemente en el placer de trastear. Es lo que me pasó a mi: programar era mi hobby, mi pasión, y aprender cómo controlar el hardware era mi objetivo egoísta. Y al final resultó que no estaba solo en ese objetivo.
Un punto de vista diferente, e interesante, desde luego. En realidad es difícil no reducir todo lo que hacemos a eso, al egoísmo (offtopic: recuerdo un capítulo de Friends en el que Phoebe y Joey debaten sobre este tema), pero lo cierto es que sí que tiene sentido que muchísima gente que ha colaborado en Linux lo haya hecho por el mero hecho de aprender (¿egoístamente?) y resolver problemas por su propia curiosidad.