La irrupción de la Steam Deck ha cambiado mucho el panorama del Linux Gaming. La consola (o mini-PC) de Valve ha erigido al sistema operativo que preinstala, SteamOS 3, como el gran referente del sector al acaparar el 39,33% de cuota según los resultados de la encuesta de Steam de junio de 2023. Aparte de la lógica preponderancia de la distribución desarrollada por el gigante fundado por Gabe Newell, el propio Linux Gaming vive una situación paradójica en lo que respecta a las cuotas de procesadores y gráficas.
Para empezar, la cuota total de Linux ha descendido un 0,03% en comparación con el mes pasado, situándose en el 1,44% de todos los usuarios de Steam. Pero aquí lo interesante es la competencia interna dentro de Linux, donde se puede ver que SteamOS Holo ha subido un 14,01% para alcanzar el 39,33%.
El sistema impulsado por Valve ha ganado cuota a costa del resto de distribuciones y Flatpak, que se identifica como Freedesktop.org SDK 22.08. Por lo demás, lo más destacado es que el uso de Manjaro sigue a la baja y ahora se sitúa por debajo de Linux Mint, así que la derivada de Arch Linux ocupa ahora el sexto puesto. La caída de Manjaro sorprende si vemos que en septiembre de 2022 ocupaba el tercer puesto.
Dejando a un lado la competencia entre sistemas Linux y Flatpak, el dato más interesante es ver a AMD dominando claramente sobre Intel en procesadores con un 67,15% de cuota frente al 32,84% de su archirrival. Esto choca con la tendencia en Windows, donde las cuotas se invierten casi literalmente al ser del 32,62% y 67,38% respectivamente. Otro punto a tener en cuenta es que Linux ha sido tradicionalmente terreno de Intel, sobre todo porque esta empresa es uno de los mayores contribuidores del kernel y a niveles generales el fabricante que mejor soporte da.
No se puede negar que el dominio de AMD entre los usuarios de Steam para Linux tiene mucho de artificial, sobre todo por el relativo éxito que ha logrado la Steam Deck (seamos honestos, vender dos millones de dispositivos sería una miseria hasta para Xbox), pero no deja de ser un dato curioso en un terreno, el sistema operativo Linux en general, que tradicionalmente ha sido dominando claramente por Intel.
Los intereses comerciales generados por la Steam Deck y los Chromebooks han animado a AMD a tener un papel mucho más activo en la contribución al kernel. Tanto es así que en los últimos años no es raro verla superando a Intel en ese sentido y que se lleve el grueso del protagonismo en un lanzamiento del kernel, como fue por ejemplo la publicación de Linux 6.3. Aquí es importante tener en cuenta que AMD, en buena medida, está recorriendo un camino que Intel ya hizo en el pasado, o dicho de otra forma, AMD está añadiendo o implementando cosas que Intel consolidó tiempo atrás.
El éxito de la Steam Deck ha consolidado a Radeon y a Mesa como los estándares para jugar en Linux a nivel de gráficas. Esto se traduce, según datos que se pueden extraer de la encuesta de Steam, en un claro domino de AMD en este frente, incluso quitando de en medio la consola de Valve.
La RX 480, que aquí puede estar englobando a la RX 580 y otros parientes cercanos, se mantiene como el segundo más modelo más utilizado seguido de la RX 6700 y sus variantes. La primera NVIDIA que aparece es la veterana GTX 1060, que ocupa el sexto puesto. Esto contrasta con el panorama que se ve en Windows, donde NVIDIA arrasa con todo gracias a que ahí el gigante verde sí ofrece un buen soporte, cosa que queda reforzada por su ventaja en características como el reescalado con DLSS y el trazado de rayos.
En resumidas cuentas, el Linux Gaming, o al menos Steam para Linux, es terreno de AMD, tanto en procesadores como gráficas. ¿Quién se imaginó este panorama cuando el cliente fue publicado por primera vez en el año 2013? En aquella época usar Intel y sobre todo NVIDIA era prácticamente una obligación si se quería tener soporte para jugar, pero el anuncio de GPUOpen en el año 2016 fue el comienzo de un cambio de tendencia que ha desembocado en la situación actual. Esperemos que AMD y Valve sigan contribuyendo a la pila gráfica estándar con el fin de reforzar dicha posición, sobre todo ante la propuesta antiestándar de NVIDIA.