La nube, dejando a un lado el temor que suscita a algunas personas por la pérdida de privacidad en los datos que salen de nuestros equipos para quedar almacenados de por vida en los servidores de empresas, tiene ventajas innegables, siendo la accesibilidad la más obvia. Con un navegador web basta y sobra para acceder a múltiples servicios realmente potentes. Pero, ¿qué pasa cuando la nube falla?
Porque la nube puede fallar de varias formas. Por ejemplo, hace un par de semanas que se anunciaba el cierre de Springpad, un servicio similar en cierta forma a Evernote, pero diferente. Yo lo usaba desde hace más de tres años para guardar apuntes y esas cosas, nada personal. Pero la faena que me han hecho tiene tela, porque solo existe otro servicio comparable y es Evernote. Entonces, ¿me paso -más bien, vuelvo- a Evernote? Con éste, al menos, uno tiene la confianza de que no se vaya al garete en breve, porque el negocio les va bien y no tienen competencia.
Por otro lado, también utilizo diariamente Feedly, el lector de RSS que sustituyó a Google Reader como referencia, y de normal va fenomenal. Sin embargo, desde ayer está sometido a un ataque a gran escala y está caído. Esto equivale a dejarme sin los cientos de fuentes de información que consulto cada día, y es otra faena.
En ambos casos, no es el fin del mundo. En Springpad se han portado bien, han avisado con tiempo y puesto todas las facilidades para migrar a servicios similares y exportar datos. En Feedly, sin embargo, están quedando en evidencia por el manejo de la situación, que no es culpa suya, por supuesto, pero…
La cuestión es que la nube es genial, el almacenamiento, la sincronización de archivos, las aplicaciones web… No son el futuro, son el presente, y negarse a utilizarlas por delirios de privacidad es no entender qué es y cómo funciona Internet, lo que puedes compartir y lo que no. Además, las aplicaciones web son las más democráticas. ¿Por qué rechazarlas? Tal vez, y olvidando lo de la privacidad, por cosas como las que he comentado: te pueden dejar en la estacada en un parpadeo.
Por eso, ahí va un consejo: copias de seguridad y guardaespaldas. Es decir, usa todo lo que te dé la gana en la Web, que para eso está, pero exporta tus datos regularmente y asegúrate de tener aplicaciones de las de «toda la vida» que puedan encargarse de la tarea.
Volviendo con «lo mío» (este es un artículo de opinión, por si a alguien se la había escapado), exportar los datos de Springpad a Evernote fue un par de clics, y ya desde la aplicación para Windows de Evernote -vía Wine- pude exportarlos debidamente para gestionarlos con CherryTree, una modesta aplicación libre de la que tendremos que hablar con más detalle, porque vale mucho la pena. Respecto a Feedly, tres cuartos de lo mismo, siendo mis elecciones Liferea en ambientes GTK y QuiteRSS en KDE, aunque hay más.
Tanto CherryTree como QuiteRSS o Liferea son aplicaciones perfectamente útiles en el día a día, el único problema que tienen es que a medida que la base de datos crece, la sincronización entre varios equipos se hace más lenta, de ahí que las reserve solo como «guardaespaldas».
Luego está el tema de que la nube no es solo esa aplicación que cierra o tiene dificultades para dar servicio, sino la que se ocupa de mantener tus archivos sincronizados, léase Dropbox y compañía. La ventaja en este caso es que tus archivos siguen -o deberían- en tu disco. Porque si nos vamos al extremo en el que directamente falla Internet, apaga y vámonos.
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