The Tor Project y Tails se unen «por la libertad en Internet». O lo que es lo mismo, los desarrolladores de The Onion Router, el software de navegación privada más popular del mercado, se unen a los del Amnesic incognito live system, la distribución Linux más popular en términos de privacidad, con una premisa obvia: la unión hace la fuerza.
Por un lado, Tor Project es la organización que gestiona el desarrollo de Tor, «un proyecto cuyo objetivo principal es el desarrollo de una red de comunicaciones distribuida de baja latencia y superpuesta sobre internet, en la que el encaminamiento de los mensajes intercambiados entre los usuarios no revela su identidad, es decir, su dirección IP (anonimato a nivel de red) y que, además, mantiene la integridad y el secreto de la información que viaja por ella», describe Wikipedia.
El trasfondo técnico es mucho más intricado. En palabras llanas Tor cifra la conexión de red, ocultando su origen mediante diferente capas (puntos de conexión; de ahí su nombre de «El enrutador cebolla»), ocultando la IP del usuario y facilitando la navegación a través de su propio protocolo. No es un método infalible, pero sí uno de los más potentes que hay, además, de manera muy accesible gracias a Tor Browser, navegador basado en Firefox.
Por el otro lado está Tails, una distribución Linux basada en Debian y diseñada para su uso en una unidad USB, ya sea en modo vivo o instalada en el mismo, aunque como se suele señalar en estos casos, cuanto más incómodo resulte, más seguro será. La otra característica clave de Tails es el depender de Tor para ofrecer una experiencia en Internet lo más privada posible, al menos de partida. No habría Tails sin Tor, no así al contrario.
Ahora y según anuncian al unísono con sendos comunicados Tor Project y Tails, unen fuerzas y fusionan operaciones para proteger a los usuarios de la vigilancia digital:
La incorporación de Tails a la estructura del Proyecto Tor permite una colaboración más sencilla, una mayor sostenibilidad, una reducción de los costes operativos y una ampliación de los programas de formación y divulgación para hacer frente a una mayor cantidad de amenazas digitales. En resumen, la unión fortalecerá la capacidad de ambas organizaciones para proteger a las personas de todo el mundo de la vigilancia y la censura.
Lo dicho: la unión hace la fuerza. Por lo demás, no se espera que este movimiento altere la marcha de ambos proyectos, que seguirán funcionando y estando a disposición de los usuarios de igual modo al que lo están ahora.
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