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La nube plantea nuevos desafíos para el código abierto

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Recogen nuestros compañeros de MCPRO una historia a la que merece la pena prestar atención: ¿Por qué algunas empresas Open Source están considerando un enfoque más cerrado? La pregunta tiene miga, pero más miga tiene el denominador común que la origina: la nube nada menos, a la postre segmento tecnológico en el que el código abierto ha alcanzado sus cotas máximas de éxito.

Se dice que el código abierto, el Open Source, ha cambiado el mundo. Y es cierto: Linux es la mejor muestra de ello. De unos años a esta parte, además, se ha establecido en la empresa como el modelo de desarrollo más eficaz, impulsando la innovación y lucrativos modelos de negocio -con Red Hat como referencia indiscutible- que son más justos para el cliente, debido a que el código abierto aporta una mayor transparencia y facilita la independencia del proveedor.

Sin embargo, el código abierto parece no funcionar para todas las partes por igual, y la razón sería su propia naturaleza y la libertad de uso que otorga a terceros. Abby Kearns, directora ejecutiva de la Cloud Foundry Foundation lo expone tal cual: «El papel que juega el código abierto en la creación de oportunidades comerciales ha cambiado. Lo diría de una manera muy contundente: durante muchos años fuimos unos tontos y les permitimos que tomaran lo que habíamos desarrollado y ganasen toneladas de dinero con ello«.

Ofer Bengal, CEO de la desarrolladora de bases de datos Redis Labs, apunta al problema: «AWS ha ganado cientos de millones de dólares ofreciendo Redis a sus clientes sin contribuir tanto a la comunidad de código abierto que construye y mantiene ese proyecto. Es imposible saber exactamente de cuánto dinero estamos hablando, pero es cierto que AWS y otros proveedores de la nube se benefician del trabajo de los desarrolladores de código abierto que no emplean«.

Pero la queja no se reduce a los beneficios económicos. «Hay un mito ampliamente instalado en el mundo de código abierto que dice que los proyectos son impulsados por una comunidad de contribuyentes, pero en realidad, los desarrolladores pagados contribuyen con la mayor parte del código en la mayoría de los proyectos de código abierto modernos«, señala el fundador de Puppet Luke Kanies, herramienta para la administración de sistemas.

No dicen nada que no se sepa, cabe aclarar, y es que una vez se traspasa la difusa línea que hay entre las iniciativas puramente comunitarias y las dirigidas a generar negocio, o entre lo que significa Software Libre y Open Source, es obvio que el papel que juega ha cambiado. Y de nuevo, no hay mejor ejemplo que Linux, el proyecto de código abierto más relevante de la actualidad: hace muchos años que incluso un desarrollo de su envergadura -del que dependen muchos otros sistemas de software libre- de debe en su gran mayoría a programadores que cobran por ello.

«Este es un problema no solo para nosotros sino para casi cualquier proyecto de código abierto exitoso hasta la fecha«, añade Kanies, mientras que Bengal aporta un dato propio: «El 99% por ciento de las contribuciones a Redis fueron hechas por nuestra empresa, Redis Labs«. Dev Ittycheria, CEO de MongoDB, comparte la opinión: «Cada vez que un nuevo proyecto de código abierto se vuelve popular, los proveedores de nube eliminan la tecnología, ponen el software gratuito en su plataforma, capturan la mayor parte del valor, pero le dan muy poco a la comunidad«.

Se refieren principalmente a los tres grandes proveedores de infraestructuras y servicios en la nube, Amazon Web Services (AWS), Microsoft Azure y Google Cloud, pero también a los intermediarios que hay entre los prestadores de software y servicios y el cliente final. Hay que tener en consideración que el software de código abierto no tiene por qué ser gratuito, pero lo cierto es que el libre acceso al código fuente hace imposible o extremadamente difícil comercializarlo, si no es mediante complementos cerrados o servicios -por lo general, de soporte y consultoría- adicionales.

«Nuestra opinión es que el software de código abierto nunca fue pensado para que las empresas de servicios en la nube lo tomasen y lo vendieran«, comenta Salil Deshpande, director gerente de Bain Capital Ventures e inversor de Redis Labs. Algo que ya sucedía antes de la nube, pero que la nube ha multiplicado de manera exponencial, generando un volumen de negocio que al parecer no se reparte como debiera.

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Es por ello que compañías como Redis Labs y MongoDB -y otras, de momento minoría- habrían decidido modificar las licencias bajo las cuales se distribuye parte de su software, con el objetivo de bloquear o al menos dificultar su aprovechamiento por parte de los proveedores de turno. ¿Podría llegar a cerrarlo por completo? Ese es otro cantar. Lo peliagudo del asunto es que podrían cerrar los cambios futuros, porque lo que ya está publicado es accesible a todo el mundo: ¿qué impediría a sus antiguos usuarios -los proveedores- crear un desarrollo alternativo?

Llegados a este punto las preguntas se encadenan la una a la otra, porque si es posible bifucar un proyecto libre que se cierra, ¿no hubiese sido mejor colaborar con él antes y haber evitado el cierre? Si no se invierte y se mantiene con salud aquello que da beneficios, puede terminar por desaparecer.

Imagen: Pixabay

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