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Opinión

¿Y si la Steam Deck es un perjuicio para el Linux Gaming?

Steam Deck

Es obvio que la Steam Deck, que fue anunciada el mes pasado, ha despertado un interés muy superior y ha sido tomada mucho más en serio que las Steam Machines en su momento. El nuevo dispositivo de Valve, que en esencia es un mini-PC x86 enlatado en una consola híbrida, está llamado a ser el punto de inflexión para el Linux Gaming, pero sinceramente, yo no las tengo todas conmigo.

A título personal, no tengo especial interés en la Steam Deck debido a que es un aparato al que no le veo ninguna utilidad. En estos momentos paso los días delante de mi equipo principal, un Ryzen 7 1700 con 32GB de RAM y una RX 580 de 8GB como gráfica, y ahí lo hago todo: jugar, mis gestiones, ocio (menos Prime Video y Netflix, que delego en el portátil que vive conectado al televisor) y por ahora mi trabajo.

En mis actuales circunstancias, la Steam Deck empezaría a criar polvo al mes de comprarla y no recuperaría los cientos de euros gastados. Por otro lado, podría ser un buen complemento para mi portátil Acer (el que vive conectado al televisor) en caso de tener que hacer un traslado parcial.

Pero aparte de mis circunstancias personales, cuanto más sé de la Steam Deck, menos me está gustando la dirección que está tomando, porque los movimientos que está realizando Valve podrían dejar el Linux Gaming en jaque mate o al menos sin razones de peso para existir frente a Windows, porque, desgraciadamente, pocas características de GNU/Linux van a ser aprovechadas debido a que todo va a pasar por el uso de capas de compatibilidad y traductores.

La caída de Proton a las tinieblas

No se puede negar que Proton ha sido el verdadero impulsor del Linux Gaming, mucho más que los juegos nativos. La capa de compatibilidad impulsada por Valve, ya sea la versión oficial o Glorious Eggroll, ha abierto la puerta a poder ejecutar una gran cantidad de juegos para Windows en GNU/Linux.

Sin embargo, desde su nacimiento Proton ha sido un arma de doble filo, porque por un lado abría la puerta a ejecutar una gran cantidad de juegos, sobre todo muchos antiguos que posiblemente nunca serán portados a GNU/Linux. Por otro lado, podría desincentivar el desarrollo de ports nativos, un escenario que con la aparición de la Steam Deck no solo existe, sino que, paradójicamente, se está acelerando.

Desde hace tiempo están circulando informaciones de que Valve está presionando a las desarrolladoras para que adapten sus juegos a Proton. Por una parte eso es bueno porque hace que la ejecución de esos títulos en GNU/Linux salga barato, pero por otra, deja entrever que la capa de compatibilidad va a terminar siendo más un Darth Vader que un Luke Skywalker.

La existencia de Proton es, en todos los casos, un mal necesario para el Linux Gaming. Tomando Steam, la gran cantidad de usuarios y la veteranía de muchos de estos, está claro que la mayoría del catálogo que ha comprado la gente solo funciona en Windows, y esto hace que para transicionar a GNU/Linux sea necesario tirar de Wine para que los usuarios no pierdan los títulos que han comprado a lo largo de los años.

Pero siempre ha habido un problema con Proton, y es el riesgo de que pasara de ser una capa de soporte legado y transición al estándar, y eso es precisamente lo que está ocurriendo. Aparte de las presiones de Valve, Feral Interactive ha anunciado que no portará A Total War Saga: Troy debido a Proton, Ethan Lee se ha planteado echar el cierre y Frozenbyte recomienda a los usuarios de GNU/Linux tirar de Proton en lugar de ejecutar las versiones nativas de sus juegos. Sí, el desarrollo de juegos para Linux está muriendo en el mismo momento en que ha aparecido un hardware que podría consolidar dicho sector. Extremadamente paradójico, pero los datos que tengo apuntan a eso.

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Llegados a este punto, nos queda la siguiente pregunta: Si el futuro del Linux Gaming pasa por cargar el soporte de Windows mediante Proton, ¿qué sentido tiene usar GNU/Linux en la Steam Deck? Sinceramente, Valve está dando el mayor de los incentivos para cambiar SteamOS 3 por Windows 10/11 a las primeras de cambio, porque para soportarlo todo mediante una capa de compatibilidad que “emula” Windows, para un gamer siempre será mejor usar directamente Windows.

En conclusión, Valve está tirando el dinero con el desarrollo de SteamOS 3, y viendo que la Steam Deck apunta a funcionar con la pila estándar de GNU/Linux, o sea, AMDGPU a nivel de kernel y RadeonSI (OpenGL) y RADV (Vulkan) en Mesa, tiene mucho más sentido vender la consola sin sistema operativo, ya que a fin de cuentas, Valve ha convertido el Linux Gaming en un vagón de Windows, incluso si Wine fuera capaz de aportar cosas propias.

Juegos exclusivos para GNU/Linux, lo único que podría darle sentido a la Steam Deck tal y como ha sido concebida

Es paradójico ver que la Steam Deck puede ser el comienzo de la muerte del auténtico Linux Gaming, el de los juegos que corren nativamente en GNU/Linux. Sin embargo, hay una posibilidad de salvar los muebles, y es que aparezcan juegos triple A exclusivos para el sistema Open Source.

Lo malo es que la probabilidad de que aparezcan juegos triple A exclusivos para GNU/Linux se ha reducido a lo ínfimo con la actual estrategia de Valve, así que al final las escasas esperanzas que quedan pasan por la propia Valve, que ha dado de lado a su faceta de desarrolladora hace muchísimo tiempo para centrarse en Steam (con la salvedad de Half-Life: Alyx, un título que nunca compraré porque no me interesa la realidad virtual).

Pero viendo la situación que tenemos ahora, o Valve lanza Half-Life 3 y Portal 3 exclusivos para GNU/Linux, o la mayoría de las Steam Deck acabarán ejecutando Windows en poco tiempo, porque con su actual enfoque, SteamOS 3 ofrecerá muy poco de valor frente a Windows 10/11. Por otro lado, y si la compañía cumple con lo que ha anunciado, tampoco habría impedimentos para convertir una unidad de la Steam Deck en una “Epic Deck”, con la Epic Games Store ocupando el lugar de Steam.

Pero igual no todo está perdido, porque podría haber un incentivo para desarrollar nativamente para GNU/Linux, y es el hardware de la Steam Deck. La mayoría de los títulos triple A para PC son desarrollados para ser ejecutados con una gráfica dedicada, cosa que no tiene la consola/mini-PC de Valve. Si la intención de la compañía es darle a su dispositivo la esperanza de vida media de una consola de videojuegos, o sea, un mínimo de cinco años, está claro que el hardware va a quedarse corto para ejecutar muchos triple A del futuro, por lo que se justificaría un port nativo para GNU/Linux.

Sin embargo, el lanzar un port nativo para GNU/Linux orientado a la Steam Deck podría tener como consecuencia el tener unos gráficos rebajados (“downgradeados” si alguien no lo capta) frente a la versión de Windows, obviamente con el propósito de que funcione mejor en el hardware más limitado de la consola de Valve. Esto perjudicaría a los que usamos un ordenador de sobremesa o un portátil gamer potente porque nos veríamos forzados a recurrir a la versión para Windows si queremos disfrutar de los juegos en su plenitud gráfica.

Sé que han circulado informaciones diciendo que la Steam Deck puede con todo, pero, sinceramente, creo que algunos esperan demasiados milagros de RADV y los 16GB de RAM LPDDR5 que usa la consola, los cuales también tendrán que hacer la función de VRAM. Cierto es que PlayStation 5 y Xbox Series cuentan con memoria unificada, pero al menos los juegos que son lanzados para esas plataformas están adaptados a ellas, mientras que la Steam Deck ejecutará juegos para PC que, en los casos de los triple A más exigentes, pueden llegar a requerir de una gráfica dedicada para ofrecer un buen desempeño.

Y a pesar de todo, reconozco que soy un hipócrita

No voy a negar que el ver a Proton convertido en el estándar me pone triste, pero tampoco es que haya hecho muchos esfuerzos para que eso no sucediera. Gracias a que la capa de compatibilidad se sirve de manera fácil y en bandeja de plata desde el cliente de Steam, no me he preocupado mucho de si los juegos eran nativos para GNU/Linux o no, ya que he priorizado mis gustos personales sobre la disposición del sistema.

Por lo general compro los juegos rebajados de precio en Steam, pero hay probabilidades de que compre un título a su precio original si cumple tres requisitos: que el precio no supere los 40 euros, que el juego me interese muchísimo y esté nativo para GNU/Linux. Sin embargo, nada de eso prioriza la compra de juegos nativos sobre los de Windows, y de hecho los juegos a los que más horas he dedicado este año han sido The Evil Within 2 y Resident Evil 2 remake.

Lejos de lo que algunos han llegado a pensar, en realidad no me he vuelto loco por los videojuegos a raíz de la aparición de Steam para GNU/Linux, sino que soy un veterano jugador con 29 años de experiencia (cómo pasa el tiempo… ). Empecé con siete años y ahora tengo treinta y seis. Siempre he tenido únicamente consolas de Nintendo porque mis gustos son restringidos, y desde la aparición de Wii he saltado al PC más por resignación que por entusiasmo, porque desde la generación PS360 y Wii las consolas de videojuegos han dejado de ser esas máquinas simples, sencillas y directas de tiempos pasados, por lo que han dejado de interesarme.

Dicho con otras palabras, no soy un PC gamer, sino un jugador de consola. Menos los de estrategia en tiempo real (RTS) y los shooters en primera persona, todo lo juego con mando si la compatibilidad con el Steam Controller me lo permite, incluso la estrategia por turnos. Mis géneros favoritos son la aventura de la vieja escuela y la acción, y el hecho de que Zelda, Metroid y Half-Life sean mis sagas favoritas refuerza esa posición.

Tras exponer mis preferencias personales, probablemente algunos lleguen a entender por qué no siento especial interés por muchos de los juegos portados por Feral Interactive, que en su mayoría son RTS de la saga Total War. Los RTS son el género que menos me gusta y pocos de los que he jugado me han enganchado de verdad. Es más, diría que los únicos que he disfrutado de verdad han sido el Dawn of War II y su expansión Chaos Rising, ambos jugados de forma nativa en Linux porque el juego online no me interesa lo más mínimo (las versiones de GNU/Linux y macOS no tienen juego cruzado con Windows).

En resumidas cuentas y para terminar, no sé de qué me quejo en lo que respecta a que Proton se convierta en el estándar del Linux Gaming. Es el precio a pagar por anteponer mis gustos personales a mis principios a la hora de jugar a videojuegos.

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