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ownCloud, un sueño por hacerse realidad

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Tras unas semanas probando a fondo ownCloud 6, es hora de compartir la conclusión -y otros muchos, muchos detalles- de una experiencia, que, como resume el titular, es un sueño por hacerse realidad. Es un sueño por las increíbles posibilidades de un proyecto de software libre único en su categoría… que está por hacerse realidad porque, aristas aparte, hasta que el gran público pueda disfrutar de él, todavía falta.

Pero comencemos por dejar las cosas claras: ownCloud no es «un Dropbox Open Source». Decir eso sería como decir que Google es un buscador. Si te quedas ahí, te dejas lo mejor. De hecho, ownCloud no solo es una alternativa a los servicios de almacenamiento y sincronización de archivos en la nube, tales como Dropbox, Google Drive o Ubuntu One, sino que es una completa suite de aplicaciones en la nube, ampliable hasta el infinito. OwnCloud es, en potencia, una alternativa a cualquier servicio en la nube que te puedas imaginar, se llame Dropbox, Google Calendar, Everenote o Flickr. Con una notable diferencia: es software libre.

Que ownCloud sea software libre otorga al usuario las libertades de dicho software. Sin embargo, el principio de control total sobre los datos privados se pierde cuando ownCloud es utilizado como un servicio de terceros, y no como uno propio. Ahora mismo hay tres vías para llegar a ownCloud: instalarlo en un servidor local, instalarlo en un servidor virtual o utilizarlo como servicio de terceros. De las ventajas e inconvenientes de cada opción departiremos más adelante, pero veamos antes qué ofrece ownCloud al usuario final.

ownCloud

Por lo general, la primera vez que entres en ownCloud te encontrarás, expresado llanamente, una página web con un directorio que muestra los archivos que haya almacenados (el equivalente a Google Drive, Dropbox, etc), un registro de actividad en el sitio, un procesador de texto (Google Docs), un gestor de imágenes (Picasa, Flickr), un calendario (Google Calendar) y gestión de contactos. En definitiva, ownCloud es más una alternativa a la nube de Google o Microsoft, que a Dropbox. Solo le falta un correo electrónico…, y no del todo, como veremos más abajo.

Porque una de las grandes características de ownCloud, además de ser multiusuario, es que puede ampliar su funcionalidad a base de módulos o aplicaciones adicionales. Desde la interfaz de ownCloud, dependiendo de los permisos que tengas -si has instalado tú ownCloud, todos-, puedes instalar un conjunto de aplicaciones o complementos que incluye marcadores, tareas o noticias, así como alguna otra third-party. Y si no tienes bastante, en ownCloud-Apps hay un catálogo creciente con sus más y sus menos.

Desmiguemos un poco lo, a priori, más suculento de este menú. Comenzando por la función más relevante de ownCloud, el almacenamiento y sincronización de archivos en tu propia nube.

Almacenamiento y sincronización de archivos

Como de espacio no podemos hablar, pues dependerá del caso -de dónde se haya instalado-, hablemos de características. ownCloud, en este punto, es similar a otros servicios / aplicaciones en la nube: configuras uno o varios directorios y todos los archivos que metas ahí se subirán a tu nube. Luego puedes sincronizar directorios conforme a tus necesidades (en este aspecto me recuerda más a SpiderOak, por la libertad de configuración, que a Dropbox o Google Drive). Pero antes de llegar al escritorio, conviene hablar de lo que ofrece ownCloud desde el navegador web.

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Vista principal

Las características en este caso pasan por subir archivos de tu ordenador o a través de un enlace (el límite por tamaño máximo es configurable), o crear una carpeta o un archivo de texto plano. Además incluye visor de PDF y galería de imágenes integrados, y, desde su última versión, procesador de texto con soporte para ODT, aunque todavía no tiene integración con la sección de archivos (puedes visualizar los archivos creados, pero no editarlos -como sí se puede con los archivos de texto plano-; para eso es necesario entrar en la aplicación de documentos). Por supuesto, puedes compartir cualquier carpeta o archivo mediante un enlace.

A lo anterior hay que sumarle un eficiente e imprescindible sistema de versiones, esto es, cada vez que edites un archivo se genera una nueva versión del mismo, conservando las versiones anteriores a modo de copias de seguridad. Significa que no perderás nada por accidente, pero también que gastarás más espacio.

Sistema de versiones

Sistema de versiones

Tan imprescindible como el sistema de versiones es el cifrado de los datos almacenados en ownCloud, especialmente en los días que corren. Por defecto está desactivado, pero es muy sencillo activar, desde la opción de nuevas aplicaciones, el cifrado en el lado del servidor. Este método, a diferencia del cifrado en el lado del cliente, reduce las garantías de seguridad, pero posibilita el uso de ownCloud a través del navegador web. Y esto, que es crucial, conviene explicarlo.

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Activar el cifrado, lo primero

Seguridad

Ya que hemos nombrado a SpiderOak, si conoces esta aplicación, sabrás que trabaja de manera que los datos son cifrados antes de ser subidos al servidor, supuestamente, con una contraseña de la que los responsables del servicio no tienen constancia. Esto quiere decir que si pierdes esa contraseña pierdes el acceso al servicio y a tus datos, pero es garante de la privacidad de toda tu información. Incluso aunque ésta viajase por redes abiertas.

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Sin embargo, la complejidad de emplear el anterior método en aplicaciones diseñadas para su utilización a través del navegador web debe ser considerable, cuando existen ejemplos que se cuentan con los dedos de una mano, más allá de pequeñas y sencillas bases de datos. Cifrando los datos en origen, que sería lo ideal, lo único que verías en el navegador serían archivos cifrados que no puedes editar, visualizar e incluso buscar, reduciendo ownCloud a simple almacén (la pregunta que me hago es, si un servicio como Stackfield puede, ¿por qué no ownCloud?).

Así, ownCloud cifra los datos con la contraseña del usuario una vez han llegado al servidor, lo que significa que, primero, la transferencia debe ser segura por fuerza mayor (HTTPS); segundo, que las claves criptográficas están almacenadas en el servidor. Ergo, el administrador del sitio tendría acceso a estos datos, y si nos vamos al extremo de la paranoia anti-NSA, no se puede uno fiar ni de los certificados SSL.

Sea como fuere, si la transferencia es segura y el servidor está en buenas manos, ownCloud es tan seguro como cualquier otro servicio en la nube, y muchísimo más privado si lo tienes instalado en un servidor local.

Cliente de escritorio y móvil

Sigamos, pues, con las características de almacenamiento, que pasan a la fuerza por el cliente de escritorio, disponible para Windows, Mac OS X y Linux. Ha mejorado un mundo desde sus primeras versiones, y encaja estupendamente en cualquier entorno GNU/Linux, aunque es en el escritorio KDE donde brilla con especial intensidad. No en vano el cliente es puro Qt -que no KDE, ojo, nada de dependencias-, y el origen de ownCloud como proyecto está en la comunidad de KDE.

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Cliente de escritorio

El cliente de ownCloud es bastante ligero, manteniéndose en unos constantes 10-15 MB de memoria RAM, tanto si está en reposo como si está sincronizando archivos. También es bastante completo. Unas capturas valen más que mil palabras:

Por pedir, se echa en falta integración con el menú contextual del gestor de archivos, y, quizá, algún tipo de registro de los archivos almacenados. Pero lo más importante es que es fiable: los cambios son detectados al instante e inmediatamente comienza la subida, cuya velocidad dependerá de tu conexión a Internet (se puede modificar este parámetro para que no se coma todo el ancho de banda).

Concluyendo con el PC, ownCloud permite el acceso mediante WebDAV -Dolphin o Nautilus lo soportan sin problemas- y la gestión de archivos vía web se puede mejorar con aplicaciones como Files Tree, que como su nombre indica, permite la visualización de todo lo almacenado en modo vista de árbol.

En cuanto al cliente móvil, disponible para iOS y Android, es un poco tosco si lo comparamos con aplicaciones delicatessen como Dropbox o Google Drive, pero mantiene el tipo… en apariencia, porque nadie lo diría por los críticas de los usuarios (que no la mía). Permite la subida -con la opción de subir automáticamente todas las fotos que haga la cámara del teléfono-, descarga y compartición de archivos, pero no su edición, lo que la deja un poco coja (como mínimo se debería pode editar los archivos de texto plano).

Lo que sí se puede es visualizar las imágenes y reproducir archivos multimedia de audio y vídeo, y aunque no está a la altura de aplicaciones dedicadas, no lo hace mal del todo. Más capturas:

La versión que he probado es la de Android, y no es una aplicación gratuita. Cuesta la friolera de 0,79 euros, que merece pagar no solo por utilizar la aplicación, sino como apoyo mínimo al proyecto.

Productividad

A nadie se le habrá escapado el hincapié que pone ownCloud en la productividad personal, y es aquí donde empiezan los claroscuros del producto. El calendario, sin ir más lejos, es un claro, y es que si has utilizado una aplicación de calendario (eventos, recordatorios) las has utilizado todas. Las tareas, sin embargo, son un oscuro, un desastre a nivel de interfaz tan grande que da repelús. Para más inri, no se integran con el calendario y a diferencia de éste, no se pueden sincronizar (el calendario utiliza CalDAV) con aplicaciones externas.

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Calendario

La gestión de contactos, por su parte, es sencilla y cumple con su cometido, permitiendo la creación de grupos y la exportación e importación de contactos, pero no la sincronización, por ejemplo, con los contactos de Google (para eso existe una aplicación que, aviso, no he llegado a probar).

Para completar este cocktail de productividad, es imposible no hablar del correo electrónico, y si ya tienes instalado en tu servidor el conocido webmail Open Source RoundCube, la integración con ownCloud la tienes en la que es la app third-party más popular de todas, roundcube. Eso sí, la instalación y configuración hay que hacerla a mano (para «instalar» aplicaciones basta con descargar el archivo, descomprimirlo y subirlo al servidor, al directorio de apps de ownCloud) .

Si además quieres una mejor gestión de las notas personales que puedas guardar en ownCloud, Notes es la aplicación que buscas. El problema, más generalizado de lo deseable, es que si utilizas ownCloud 6 no funcionará. Deberás, en ese caso, instalar esta otra Notes.

Cerramos el apartado de productividad, según mi opinión, el más importante de ownCloud junto con el almacenamiento en sí. Porque por posibilidades, las hay de todos los colores…

Otras aplicaciones

Repasando someramente otras aplicaciones de interés, el nuevo procesador de texto colaborativo en tiempo real es de parada obligatoria. Se trata de una utilidad básica, con cuatro opciones de formato contadas y con soporte solo para documentos ODT, es decir, Open Document Text. Nada de hojas de cálculo o presentaciones por ahora, por lo que la comparación con Google Drive o SkyDrive le queda un poco grande. Sin embargo, la sensación tras utilizarlo durante un rato es muy positiva, así que solo hay que esperar a que madure. Punto para ownCloud.

Otra parada obligatoria era el lector RSS. Después del escupitajo de Google a los millones de usuarios de Google Reader, las alternativas a este respecto han florecido como nunca antes, pero todas pecan del mismo mal: son servicios de terceros que te pueden dejar en la estacada cuando menos te lo esperes. Así, lo de tener tu propio lector de feeds, mola mucho.

News, no obstante, no da la talla por el momento debido a unas pobres opciones. Asimismo -una vez más- la aplicación enlazada no te va a servir en ownCloud, 6, que tiene su propia versión. Ésto, unido a lo justito de la misma, hace de Feedly una opción más potente en todos los sentidos; y si sigues prefiriendo tener tus datos bajo tu control, Tiny Tiny RSS -también software libre- no tiene competencia…, aunque te va a tocar ensuciarte las manos configurando a «la bicha» (más alternativas).

De entre las muchas disponibles, otras aplicaciones que pueden resultar de interés son Mozilla Sync, para utilizar tu propio servidor ownCloud como servicio de almacenamiento e intercambio de datos (historial, contraseñas, marcadores, etc); ocDeashboard, que al estilo de Kontact muestra diferentes widgets a modo de vista previa de las diferentes aplicaciones; Journal, que como su nombre indica, es un diario personal; RuTorrent, que integra la interfaz de un cliente BitTorrent para su manejo desde ownCloud; JavaScript XMPP Chat, un chat integrado…

En resumen y como decía al principio del artículo, ownCloud es, en potencia, una alternativa a casi cualquier servicio web que te puedas imaginar, por lo extensible de la plataforma. Siempre que haya desarrolladores dispuestos a ello, claro está.

Tres caminos para llegar a ownCloud

Como si de el el camino de baldosas amarillas que una vez recorrió Dorothy se tratase, hay tres vías principales para llegar a ownCloud. Cuál elija el usuario dependerá de varios factores, entre ellos, su experiencia técnica. Son los siguientes:

ownCloud en servidor propio

Montar ownCloud en un servidor propio, esto es, en un ordenador al que tengas acceso físicamente, tiene una ventaja tan evidente como aplastante: control total sobre el software y los datos. Pero el hándicap es igualmente afilado: la configuración y el mantenimiento corren a cargo del usuario. Esta realidad, desafortunadamente, deja fuera de la ecuación a la gran mayoría de gente. Y eso que la instalación de ownCloud es un clic.

ownCloud en servidor virtual

¿Tienes un servidor contratado para tu página web personal? Ahí te cabe ownCloud. El mantenimiento en este caso se simplifica, pues muchos de los componentes esenciales para su funcionamiento (Apache, PHP) no dependerán de ti, sino de tu proveedor. El pero está en que ese servidor no lo controlas tú realmente, y en el rendimiento del mismo, del que hablaremos más adelante.

Esta opción, no obstante, es una de las más interesantes, ya que los precios de alojamiento web son mucho más holgados que los de almacenamiento en la nube. Por ejemplo, por unos 30 euros al año tiene 100 GB de espacio, con la posibilidad de utilizar ese alojamiento para más cosas que ownCloud. En Google Drive, uno de los más baratos, el mismo espacio te costaría unos 44 euros, mientras que en Dropbox serían unos 88 euros.

Y no te preocupes por las bases de datos, porque ownCloud viene configurado por defecto para utilizar SQLite. No solo eso: muchos proveedores de alojamiento ofrecen la instalación automática de CMS, y ownCloud se está haciendo popular en este sentido.

ownCloud como servicio de terceros

He aquí la opción más sencilla. Tan sencilla como crear una cuenta en alguno de los proveedores que ofrecen ownCloud, como si de una cuenta de Google o Dropbox se tratase. Casi todos son de pago, con excepciones que no pasan de dar 1 GB de espacio gratuito. Eso sí, siempre puedes pagar, y el mantenimiento de todo es cosa de la empresa en cuestión; tú solo te preocupas de utilizar el servicio.

¿Qué ventaja tiene esto a utilizar Google Drive o Dropbox (además de ser software libre, se entiende)? Yo no lo sé, aunque hay quien diría «servidores en Europa, fuera de la garras de Estados Unidos» (!). En cuanto al espacio gratuito, es evidente que no sirve para almacenar contenidos (repetimos: puedes pagar). Pero ya hemos dicho que ownCloud es mucho más que otro Dropbox.

La recomendación que le haría a cualquier interesado en utilizar ownCloud sin los conocimientos necesarios como para montárselo él mismo sería, pruébalo primero a través de alguno de los proveedores mencionados. A lo mejor te das cuenta de que cumple a la perfección con tus necesidades, o de que no llega a cubrirlas. Yo, por lo pronto, lo utilizo cada día y, sin embargo, no me atrevo a prescindir de mis herramientas habituales. Por ahora.

En este punto tampoco podemos olvidar dos factores clave como rendimiento y características. En otras palabras, no esperes que las aplicaciones de ownCloud, en su gran mayoría, compitan en características con las de gigantes del software como Google o Microsoft (de nuevo, por ahora). Asimismo, el rendimiento de servicios dedicados con infraestructuras de primera y gestionados por profesionales del más alto nivel, siempre va a ser superior a lo que tú te montes. Es una obviedad, pero hay que decirlo.

Recapitulando, ownCloud es una maravilla del software libre llena de posibilidades, pero también con diversas aristas a pulir.

Lo mejor:

  • Si te lo montas bien ownCloud es, de verdad, tu propia nube y la de nadie más (que tú no quieras).
  • Un proyecto de software libre con interesantísimas posibilidades de futuro y un desarrollo muy activo.
  • Toda una bofetada en la cara a «los grandes de Internet».

Lo peor:

  • Disfrutar de ownCloud en un servidor propio con todas las garantías no está a alcance de muchos.
  • La carencia de unas líneas de diseño son flagrantes en algunos casos.
  • Depender de desarrollos comunitarios tiene sus riesgos (si el desarrollador de un complemento se cansa, te deja colgado). Además, lo de que se «rompan» las aplicaciones de una versión a otra no es de recibo.

Terminamos. ¿Os ha parecido largo? Creedme, ownCloud lo vale, y aun así me dejo muchas cosas en el tintero. Pero, tal y como os teméis, no será la última vez que hablemos en MuyLinux de esta nube libre… Mi propia nube;  la tuya si quieres.

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