A no ser que acabes de salir de una cueva, tienes que saber si o si qué es PRISM, el programa de ciberespionaje masivo que estaría llevando a cabo la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA por sus siglas en inglés) en colaboración con las principales tecnológicas patrias. Eso es al menos a lo que apuntan todos los indicios, ya que tanto Google, Microsoft, Facebook, Apple y el resto de firmas involucradas niegan tajantemente tal participación. De hecho, Google ha pedido al FBI «tirar de la manta» para que se aclare todo, y es que el daño a la imagen de la compañía es evidente.
Sin embargo, no vamos a entrar ahora a valorar la situación, ni mucho menos a volver a contarla, pues a buen seguro que estáis saturados de información sobre este tema. Además, cada cual tendrá su opinión: que si «es un ultraje»; que si «para lo que escondo me importa tres pimientos que me espíen», etc (cualquier apreciación intermedia que queráis añadir entra en el saco; yo lo considero un ultraje, pero ni me escandalizo ni me sorprende).
A lo que vengo ahora es daros la que, en mi humilde opinión, pues solo tengo una y esto es en parte un artículo de opinión -con mucha información en forma de enlaces, eso sí- posiblemente es la única receta para evitar estos atropellos por parte de las autoridades de cualquier país o fisgón de turno, si es que os interesa evitarlos: software libre y cifrado. No hay más. Y digo posiblemente, porque a estas alturas de la vida es realmente difícil poner la mano en el fuego por algo… que puede ser nada.
Pero, si bien con el cifrado no vamos a tener discusión, tal vez el asunto software libre vs software privativo si que suscite posiciones encontradas con los argumentos de siempre: fuentes abiertas mejor, más ojos; fuentes abiertas peor, todo el código disponible. Tampoco voy a entrar en eso ahora. Mi opinión sobre este asunto la dejé clara hace bastante tiempo en estas mismas páginas: La intrínseca seguridad del software libre… Como modelo de desarrollo, ojo, que perfecto no hay nada en este mundo. Y como muestra, un botón (aunque se desmintiera todo).
Así, a lo que se reduce esta entrada es a un alegato a favor del software libre como única herramienta de confianza para con el ciudadano frente a los abusos del poder (abusos «cibernéticos», claro). A eso, y a ofreceros un buen montón de enlaces recomendados que van a ser la salsa de esta chapa que os estoy soltando. Todos los anteriores son de carácter informativo; los que siguen, consejos y aplicaciones que no os podéis perder y que os dejo a modo de lista:
Y, como suelo decir, hasta aquí llegamos hoy. Espero que os guste tanto el contenido como el continente, pero que nadie se confunda: ni aliento la histeria, ni ataco al software privativo per se (yo mismo utilizo Gmail, Evernote, SpiderOak… ¡al menos por ahora!), ni ignoro las