El otro día hablábamos del lanzamiento final de KDE 4.2 y de mi opinión sobre el menú lanzador de aplicaciones (Application Launcher Menu o ALI) nativo en este entorno de escritorio. Kickoff me parece un rollete en cuestión de usabilidad, y de hecho lo de imponer más clics de los estrictamente necesarios para cada operación es algo cada vez más en desuso.
No critico su diseño, original y notable, sino su forma de funcionamiento, que te obliga a adentrarte o salirte una y otra vez de contenedores en forma de carpetas que clasifican contenidos. Uno de los lectores de MuyLinux (gracias, Luis) me sugirió que probase Lancelot, del que ya habíamos hablado en el blog, así que hoy lo he instalado. ¿Qué me ha parecido?
Pues que es más de lo mismo. Precisamente lo que buscaba era un paradigma distinto, pero Lancelot de nuevo vuelve a agrupar tareas en distintos apartados, de modo que tienes tus aplicaciones, documentos o lugares clasificados y accesibles a través de grandes iconos que los señalan. Pero a partir de ahí volvemos a un diseño de paneles que obliga a ir accediendo a varios niveles para elegir la aplicación que uno quiere.
La aproximación no es mala, cuidado. El problema es que a mi no me gusta. Quizá me haya acostumbrado a Slab o y a los menús tradicionales de GNOME, pero veo que Lancelot no es un desarrollo que pueda ofrecerme lo que Kickoff no me proporcionaba.
Lo que sí es curioso es que Lancelot -y eso no lo sabía- es un Plasmoide más, de modo que se comporta como un componente modular más que se sitúa en el escritorio (o en la barra de tareas) y que puede ser activado y desactivado a voluntad. Hablaba de ello Ivan Cukic, uno de los desarrolladores de KDE, que lo destaca sobre Kickoff, pero me temo que no puedo estar de acuerdo con él. Para mi ninguno de estos dos ALI destacan especialmente, así que me he quedado como estaba :(
