Que sí, que después de muchos años de «dar la tabarra» con lo increíble de Linux, ahora has llegado a la conclusión de que no está hecho para ti, por eso te has acabado pasando a Mac. Porque Mac, simplemente, it just works. Me parece perfecto, pero no me cuentes historias para no dormir porque, afortunadamente, tengo mi propio cerebro, y también funciona.
Todos conocemos las carencias del sistema del pingüino y el ñu: falta de soporte en hardware y software, que viene a significar que muchos fabricantes pasan de crear controladores de sus componentes y periféricos para Linux, o de portar sus aplicaciones; juegos… no hace falta decir más, ¿verdad?; y experiencia de usuario, algo que engloba conceptos como diseño, usabilidad, etc.
Son varios los aspectos en los que GNU/Linux tiene que mejorar, no hay duda sobre eso. Se avanza poco a poco, contra corriente, pero se avanza. Ahora bien, no repitas las soflamas de siempre, más cuando se supone que eres un usuario con la experiencia suficiente como para poder decir sin ningún tipo de remilgo que te pasas a Mac o te vuelves a Windows «porque te da la gana». No es necesario añadir nada más. Y si los ‘talibanux’ te increpan, allá ellos.
¿A qué falacias me refiero? Por ejemplo, a que para utilizar Linux es obligatorio pasar por la línea de comandos -¡que no, que la utilizamos porque nos gusta, porque es más eficiente para según qué tareas!-, que Linux es un infierno para configurar, etc. Y no termines con la coletilla del it just works, porque tendría tela que después de pagar un dineral por un flamante MacBook Pro, no fuese todo bien. Lo mismo si te acabas de comprar un System76 con Ubuntu y te falla algo, faltaría más.
Por supuesto, los problemas surgen en Linux, y debido a la falta de soporte oficial, pueden llegar a ser motivo de agobio e incluso abandono de la distribución o del sistema. ¿Acaso están libres de problemas los usuarios de Windows y Mac? Echando un vistazo por los foros de soporte, nadie lo diría. ¿Son comparables unos problemas con otros? Vaya usted a saber, porque yo he visto de todo.
Por eso, basta de falacias. De uno y otro lado. No me olvido tampoco de las muchas tonterías que se leen por estos lares linuxeros, del plan «Windows es para…» (pon el insulto que desees), «Qué mal me iba Windows y qué bien me va Linux», etc. Es muy probable que si te iba mal Windows, fuese por culpa tuya.
Entonces… Entonces, nada. La circunstancias cambian, los pareceres cambian… Y no pasa nada. Tan contentos. Ahora me pasaré a Windows 8 a jugar un poco al Assassin’s Creed III y a probar una aplicación para hablar de ella en MuyComputer. Después tal vez haga lo propio en Ubuntu, pues hay un par de novedades a las que tengo ganas de echarles un ojo. Eso sí, mañana, cuando me ponga a trabajar, me tocará volver a KDE. Y es que cada uno sabe dónde le aprieta el zapato.
Nota: Este artículo de opinión no va dirigido a nadie en particular. Son varias las publicaciones que he leído últimamente relacionadas con el tema de esta entrada, especialmente en la blogosfera anglosajona, y me ha llamado la atención que se arguyesen cierto tipo de excusas para justificar la decisión. En cualquier caso -y gracias a que es así- cada cual tiene derecho a decir lo que le venga en gana, incluso si eso que dice carece de fundamento. De hecho, habrá quien opine lo mismo de este texto, y me parece genial.
