Tras dieciséis meses de desarrollo llega Wine 1.6, la nueva versión estable de una aplicación que durante años ha servido como pocas de puente entre Windows y Linux, y lo sigue haciendo.
¿Qué hay de nuevo en Wine 1.6? Mucho. Demasiado como para intentar siquiera hacer un resumen, con más de 10.000 cambios respecto a la versión estable anterior, Wine 1.4. En el extenso anuncio oficial (primer enlace) destacan el nuevo controlador para MC, el soporte completo de transparencias en ventanas y el nuevo paquete de Mono para dar soporte a aplicaciones .NET.
En el anuncio oficial tenéis también la descarga del código fuente. En la página de descargas de Wine encontraréis paquetes de instalación para las principales distribuciones. Si todavía no están actualizados, paciencia, que tardarán poco en hacerlo (en algunos casos).
Wine, sin duda, es un desarrollo curioso. Por una parte todos preferimos librarnos de él en lo posible -de hecho, muchos hemos conseguido ese objetivo; algunos prácticamente desde nuestros principios linuxeros-, pero es una suerte impagable contar con, según Wikipedia, esta » reimplementación de la interfaz de programación de aplicaciones de Win16 y Win32 para sistemas operativos basados en Unix».
Recordad que también existe un «Wine» para ejecutar aplicaciones de Mac OS X en Linux. Se llama Darling. Pero hay que advertir que está verde que te quiero verde. Es decir, muy lejos del nivel que ha alcanzado Wine, a pesar de las carencias que pueda tener este último.