Aunque lo normal es que haya aplicaciones específicamente diseñadas para poder acceder a una máquina y controlarla remotamente – el ejemplo perfecto, ayudar a tu madre a configurar bien su openSUSE, por ejemplo – el propio sistema operativo ya dispone de las utilidades necesarias para poder hacerlo.
Ni siquiera es necesario poner en marcha el famoso VNC o alguna de sus variantes. Tal y como explican en LinuxJournal, los pasos son simples:
1. Desde nuestro ordenador, lanzar un servidor X mínimo con una terminal:
xinit /usr/bin/xterm -- :1 &
2. A partir de aquí tenemos dos opciones: conectarnos vía ssh – lo que impone un tráfico adicional que a menudo empeora el tiempo de respuesta durante la conexión – o conectarnos directamente si consideramos que nuestra red es lo suficientemente segura. Teniendo en cuenta que «máquinalocal» y «máquinaremota» son las IPs de las máquinas mencionadas, tan sólo bastará con hacer:
2. 1. Por ssh:
ssh -fY máquinaremota/usr/bin/wmaker
2.2. Directamente permitiendo el acceso con xhost:
xhost +máquinaremota
ssh -f máquinaremota /usr/bin/wmaker -display máquinalocal:1
Y listo. Ya estaréis conectados al escritorio remoto, sin VNC, sin terminal server, y sin más historias. Brillante.